La interconexión entre el SING y el SIC, cuya línea cuenta con una extensión aproximada de 600 kilómetros y 4 subestaciones, ha sido un hito en el desarrollo eléctrico nacional, por su relevancia en la seguridad del suministro eléctrico.
Dado el carácter estratégico de este proyecto, cada uno de sus componentes fue seleccionado mediante un riguroso proceso. RTHÖ participó de este procedimiento, adjudicándose el suministro un total de 72 pararrayos de 500 kV de fabricación alemana, que fueron instalados en las subestaciones Changos, Cumbres y Nueva Cardones.
Estos equipos fueron los únicos que cumplieron con los exigentes ensayos sísmicos aprobados para Chile bajo la consultoría de HCC para General Electric, empresa de ingeniería que se adjudicó el proyecto mandatado por TEN.
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